El trabajo de un educador es realmente relevante.
Estamos en contacto con los niños que serán los adultos del futuro y contribuimos a sentar las bases de la sociedad.
Se trata de un trabajo duro, pero muy gratificante. Es una vocación en la gran mayoría de los casos, pues sin ella, el día a día podría resultar agotador.
Nos gusta lo que hacemos y por eso, nuestro trabajo forma parte de nosotros. Si enseñamos sabemos que no podemos dejar de aprender.
Buscamos siempre nuevos proyectos, estrategias o recursos para crecer y ser mejores.
El primer paso está aquí. Cuando termina el Ciclo en Educación Infantil se abren las puertas de un camino que hay que recorrer.
Con nuestra mochila llena de experiencias, conocimientos, proyectos e ideas... nos daremos cuenta de que contamos con buenas herramientas para no dejar de aprender y conseguir nuestro sueño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por añadir tu comentario!