Os traemos una reflexión...
¿qué mejor forma de aprender, que tratar de enseñar algo a alguien?
Cuando enseñamos, queramos o no, aprendemos tanto o más que nuestros alumn@s. El proceso de enseñanza nos enriquece cuando somos los que recibimos las "lecciones" y cuando somos monitores, maestros o profesores.
Si tenemos que enseñar, estamos en constante aprendizaje: necesitamos reciclar nuestros conocimientos, buscar nuevas estrategias, llegar hasta esa persona que tenemos delante para transmitirle lo que tratamos de enseñar.
Es un proceso vivo que llega a ser fascinante y necesita siempre de retroalimentación.
Así que, te proponemos que: Si quieres aprender, enseña
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